Marcha del Pueblo marca presión política al Gobierno

Leonel Fernández afirma que la movilización envió un mensaje claro al Palacio

La capital vivió este domingo una de las movilizaciones más amplias de los últimos meses, con miles de personas tomando las calles en la llamada Marcha del Pueblo, encabezada por el presidente de la Fuerza del Pueblo, Leonel Fernández. El exmandatario no se guardó nada. Dijo que la jornada fue, en la práctica, un “plebiscito anticipado” y que el Gobierno debía ir preparando sus maletas.

Fernández, rodeado por dirigentes y simpatizantes, aseguró que el malestar ciudadano se refleja en cada tramo recorrido. Según él, la promesa de cambio del actual Gobierno se desmoronó por una gestión que calificó como ineficiente e indolente. Sus palabras encendieron a la multitud, que llegó desde distintos puntos del Distrito Nacional para sumarse a la caminata.

La marcha arrancó puntual, a las diez de la mañana, en la intersección de Nicolás de Ovando con Albert Thomas. Desde temprano, grupos comunitarios, movimientos sociales y organizaciones simpatizantes se sumaron al recorrido. Aunque la convocatoria nació desde la Fuerza del Pueblo, el secretario de Gestión Operativa del partido, Franklin Labour, destacó que diversas entidades sociales habían confirmado su respaldo. Labour explicó que el acto buscaba visibilizar problemas que golpean a diario a los dominicanos, desde el alto costo de la vida hasta el deterioro de servicios básicos como el agua y la salud.

El trayecto siguió por Nicolás de Ovando hacia el Este, avanzó por Mutualísimo y luego por María Viuda de la Cruz hasta empalmar con la avenida Duarte. Desde ahí, la multitud caminó en línea recta hasta llegar a la avenida México, punto donde concluyó la manifestación. A lo largo del camino, se sumaron residentes de sectores como La Zurza, Simón Bolívar, Villas Agrícolas, Villa Juana y Villa Consuelo. En muchos tramos, la gente salió a las aceras para observar el paso de la columna verde, algunos con carteles y otros simplemente grabando con sus teléfonos.

Aunque no hubo incidentes mayores, el tránsito en varias de estas zonas quedó prácticamente detenido. Agentes policiales y brigadas municipales intentaron organizar el flujo, pero la cantidad de participantes hizo inevitable el desorden momentáneo.

Al cierre, Fernández agradeció la asistencia y reiteró que la marcha no fue un acto simbólico, sino un aviso político claro. Para él, el mensaje quedó entregado: la gente quiere un cambio y lo quiere pronto.