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Delegación de la ONDA participa en importante taller regional de la IFPI en Miami
–El director de la ONDA, José R. Gonell Cosme ratifica en evento compromiso de RD con la defensa del derecho de autor–
Miami, EE.UU.– Una delegación dominicana de la Oficina Nacional de Derecho de Autor (ONDA), encabezada por su director general José R. Gonell Cosme participó en el Taller Regional de IFPI Latin America & Caribbean, donde se abordaron diversos temas, entre ellos “El Rol del Productor de Fonogramas en el Ecosistema de la Música”.
Durante el evento efectuado los días 7 y 8 de octubre de 2025, se abordó el tema “El Rol del Productor de Fonogramas en el Ecosistema de la Música”, en el que se prometía tecnicismo, pero que pronto se volvió una conversación humana en el que se trataron aspectos como son los contratos, realidades, decisiones y retos cotidianos que definen la vida de la industria musical.
Gonell Cosme, asistió acompañado de Lucía Castillo Arbaje, encargada del Departamento de Sociedades de Gestión Colectiva. Ambos participaron activamente en mesas de trabajo junto a funcionarios, ejecutivos de sellos discográficos y especialistas de distintos países. Lo discutido allí —financiación, derechos conexos, modelos de negocio y transformaciones tecnológicas— tiene un eco directo para los artistas dominicanos que intentan hacerse un lugar en el mercado global.
La jornada abrió con la conferencia del dominicano Herb Payán, vicepresidente ejecutivo de Desarrollo Digital para América Latina y la Península Ibérica en Sony Music. En su presentación, “El mercado de la música digital en América Latina y el Caribe”, Payan trazó un mapa de tendencias que hoy marcan el pulso regional como son: plataformas que concentran el consumo, algoritmos que dictan la visibilidad y nuevas formas de rentabilidad que están redefiniendo la economía musical.
Payan destacó un dato importante: América Latina superó los 1,500 millones de dólares en ingresos por streaming. En 2024, la región lideró el crecimiento global del sector fonográfico, con un aumento de más del 22 %, según el Global Music Report 2025. De ese crecimiento, el streaming aportó más de US$1,400 millones, consolidándose como el motor de la industria.
Durante el segundo día, los participantes se trasladaron al estudio 5020 de Sony Music, donde la teoría tomó cuerpo. Allí, entre consolas y cables, observaron cómo una canción pasa de ser idea a producto: desde la grabación hasta la materización y la estrategia digital que decide su destino.
Melissa Expósito, directora general para Centroamérica y el Caribe de Sony Music, condujo una charla titulada “El camino de la producción de un artista, desde el descubrimiento hasta los hits”. Lejos del discurso académico, Expósito compartió ejemplos reales, mostrando las decisiones —a veces intuitivas, otras técnicas— que determinan si un talento local logra trascender fronteras.
En ese contexto, Gonell Cosme subrayó un punto clave: la presencia de República Dominicana en espacios de decisión regionales no es un gesto simbólico, sino una estrategia de inserción e influencia. Según explicó, observar cómo otras naciones gestionan sus derechos, actualizan su legislación o negocian con plataformas permite fortalecer la posición dominicana.
Mientras que Castillo Arbaje, destacó el valor de los intercambios sobre gestión colectiva y la necesidad de mantener una legislación viva frente a la velocidad digital.
El cierre tuvo un tono más íntimo. A media tarde, los asistentes disfrutaron de un concierto acústico privado del cantautor venezolano NOREH, una pausa que sirvió para recordar que detrás de cada cifra hay personas, voces y emociones. En ese pequeño encuentro, la música volvió a unir lo técnico con lo humano, lo institucional con lo artístico.
La participación dominicana en este foro no fue un gesto de presencia diplomática: fue una declaración de intención. ONDA busca fortalecer la cooperación regional, adaptarse al entorno digital y, sobre todo, proteger a quienes crean música. En una industria en constante mutación, esa misión requiere estar en los lugares donde se discuten las reglas del juego.
El futuro de la música dominicana, como el de toda la región, dependerá de su capacidad de conectar creatividad con tecnología, y de traducir talento en sostenibilidad. Por eso, mientras los géneros se mezclan, los públicos se fragmentan y las plataformas se multiplican, la tarea está clara: defender la autoría y abrir camino al sonido dominicano en el nuevo mapa global de la música.