EL NUEVO DIARIO, GINEBRA. – El ataque de Israel contra Gaza es «el más cruel, prolongado y extendido contra la población palestina desde 1948», y su objetivo claro es «destruir la vida» en la Franja, aseguró este martes la exjueza de la Corte Penal Internacional (CPI) Navi Pillay ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

«Más de 1.300 niños han sido asesinados desde el fin del alto el fuego el 18 de marzo, y más de 15.000 han muerto desde octubre de 2023», recordó Pillay, actual presidenta de la Comisión Independiente e Internacional para la Investigación en los Territorios Palestinos Ocupados, al presentar al Consejo un nuevo informe del conflicto.

El estudio de la comisión tripartita que dirige Pillay, también exalta comisionada de la ONU para los derechos humanos, se centra en esta ocasión en ataques a intereses educativos, religiosos y culturales en los Territorios Palestinos, y acusa a Israel de crímenes de guerra y el crimen contra la humanidad de «exterminio».

«Además de matar a miles de niños, las fuerzas de seguridad israelíes han eliminado el sistema educativo de Gaza», denunció en este sentido Pillay, quien subrayó que el 90 % de las escuelas y universidades gazatíes han sido destruidas o han sufrido daños, y muchas fueron bombardeadas cuando en ellas se refugiaban desplazados.

El informe de la comisión que completan los juristas Miloon Kothari (India) y Chris Sidoti (Australia) asegura que no ha podido identificar razones militares que justificaran esos ataques, «que revelaron un interés en acabar con estas infraestructuras para impedir a largo plazo el acceso de los palestinos a la educación».

El documento presentado por Pillay, ya publicado el pasado 10 de junio, también denuncia que más de la mitad de los lugares religiosos y culturales han sufrido daños.

«Ello afecta profundamente elementos culturales intangibles, como prácticas religiosas, memorias e historia, que minan la identidad de los palestinos como pueblo», aseguró la jurista sudafricana, quien también presidió entre 1999 y 2003 el tribunal penal internacional que juzgó el genocidio en Ruanda.

Los ataques a la educación, la cultura y la religión de los palestinos también se extienden a Cisjordania y Jerusalén Este, señaló Pillay, quien recordó las agresiones de colonos a estudiantes y escuelas, o la apropiación de lugares históricos con el fin de «borrar el patrimonio no judío».

Estas agresiones «buscan erosionar los lazos históricos de los palestinos con la tierra y debilitar su identidad colectiva, debilitando con ello su derecho a la autodeterminación», resumió Pillay.

Pillay condenó también los ataques de Hamás y otros grupos palestinos armados que el 7 de octubre de 2023 iniciaron el actual conflicto, pero aseguró que «estuvieron precedidos de décadas de violencia y venganza, privación, ocupación ilegal y negación del derecho palestino a la autodeterminación».

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