Por Paula Padilla Argelich

EL NUEVO DIARIO, SANTIAGO DE CHILE. – Latam GPT se convertirá este septiembre en el primer modelo de lenguaje de Inteligencia Artificial (IA) desarrollado desde Latinoamérica y el Caribe, bajo el liderazgo de Chile, con la finalidad de albergar su conocimiento, reflejar su idiosincrasia, y estar al servicio de las iniciativas de la región.

“A diferencia de lo que se ha hecho en cualquier otra parte del mundo, este modelo ha estudiado todo lo que es relevante a Latinoamérica. Se ha leído todo lo que ha podido sobre nuestra historia, política, economía o nuestra cultura más ancestral, y eso le da un sello importante”, explica a EFE Álvaro Soto, director del Centro Nacional de Inteligencia Artificial de Chile (CENIA), organismo autor y coordinador de este proyecto.

Nacido para equilibrar la falta de diversidad de la mayoría de modelos de IA actuales, entrenados en el “norte global” con datos en inglés, Latam GPT responde a “la visión de que América Latina y el Caribe no son solo consumidores de tecnología, sino que son capaces de desarrollarla”, asegura a EFE la ministra chilena de Ciencia , Aisén Etcheverry.

Un modelo latinoamericano

Es por esto que, la iniciativa ha fomentado la participación de más de 30 organizaciones de 12 países, a la que ya se unió Brasil, y que pretende incorporar a todos los países de la región. De momento, dice Etcheverry, están “muy avanzadas” las conversaciones con Colombia, Ecuador, República Dominicana y Perú.

El proyecto ha estado financiado por fondos propios de CENIA, inversiones del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe y el Ministerio de Ciencia de Chile, además de contar con el respaldo de numerosas instituciones.

El fruto de su labor, que empezó oficialmente en 2023, saldrá a la luz el próximo septiembre, con una primera versión del modelo compuesta por 70.000 millones de parámetros, anunció Soto este martes en una conferencia de prensa.

Un “motor” artificial abierto

Concebido como un modelo de IA abierto, Latam GPT no será, por ahora, un chatbot (programa diseñado para simular una conversación, como ChatGPT), sino algo parecido a un centro de datos que tendrá la capacidad de operar como “cerebro” al servicio de quien lo requiera, precisa Etcheverry.

“La idea es que a partir de este modelo los distintos actores y emprendedores de nuestra región puedan construir aplicaciones particulares que podamos usar, por ejemplo, en nuestros colegios o sistemas de justicia”, detalla el director de CENIA.

“Esperamos que sea una herramienta que permita democratizar el acceso a estas tecnologías y también acelerar la incorporación de ellas a los distintos espacios”, añade la ministra, quien revela que las municipalidades chilenas ya están empezando a trabajar con Latam GPT.

Datos inéditos externos a la web

La recopilación de datos con los que se ha nutrido su algoritmo, cuenta Soto, no se ha limitado a la extracción masiva de información de sitios web, sino que se ha logrado “golpeando puertas por toda la región” para que distintos actores aportaran voluntariamente contenido propio que consideraran relevante.

Así se ha reunido el equivalente a unos 17,5 terabytes de información en gran parte inédita -por proceder de fuentes externas a internet- que, una vez filtrada, se ha albergado en centros como el que ha construido la Universidad de Tarapacá, en el norte de Chile.

Entre los billones de datos destacan los relativos a las lenguas indígenas, una de las prioridades que el proyecto ha incorporado como parte del entrenamiento de su algoritmo y que ya cuenta con dos versiones piloto en rapanui y mapudungun, idiomas de pueblos originarios chilenos.

El futuro de Latam GPT

La primera versión de Latam GPT se ha desarrollado con base en datos textuales, pero en el futuro CENIA pretende incorporar nuevos formatos de información como imágenes o números.

“La idea es que sea realmente representativo de lo que se hace en todos los países de la región”, explica Soto, quien espera que el éxito del modelo haga de Latinoamérica “un autor relevante en IA”.

“Cuando nuestra historia y forma de ver el mundo no está reflejada en la construcción digital, hay pedazos de nuestra cultura que empiezan a desaparecer. Esa brecha se acelera con la IA, y es algo que no debe ocurrir en Latinoamérica y el Caribe”, concluye Etcheverry.

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